Cuando el Consejero Delegado de ENEL, compañía eléctrica pública italiana propietaria de ENDESA, Francesco Starace, dijo el pasado 25 de noviembre que no le preocupaban las palabras de las PODEMOS sobre crear una compañía eléctrica ‘pública’ para luchar contra el oligopolio eléctrico que hay en España, lo hacía con conocimiento de causa. ‘No nos preocupa’ dijo Starace.
Y no se le debe quitar mucha razón pues las PODEMOS han sido demasiadas ambiguas a la hora de exponer su concepto de ‘compañía eléctrica pública’. En primer lugar porque esa definición no existe, a pesar de que las PODEMOS han utilizado siempre como referencia la Compañía Eléctrica COMERCIALIZADORA del ayuntamiento de Barcelona, BARCELONA ENERGÍA, no se puede ocultar que esta tiene como Compañía DISTRIBUIDORA a ENDESA, hecho que han ocultado hasta que no han podido más, incluso ha sido origen de confusión y disputas entre los clientes que iniciaron la contratación, y al descubrir en sus facturas que seguían teniendo a ENDESA en el recibo, se han dado de baja.
Y esto es fruto de contar a la gente las cosas a medias, tergiversando la realidad con el fin de confundir y arañar algunos votos más. Ahora se pasa factura, y bien cara, como las de la luz. El perjuicio político que va a causar esta enorme desilusión provocará una nueva fuga de adeptos que, inicialmente, apostaron por el Comunismo como mecanismo de salida a un país lleno de políticos corruptos, que han diseñado redes clientelares durante décadas de gobierno.
Ahora nos presentan un nuevo contenido programático del preacuerdo que celebraron con celeridad al día siguiente de conocer el batacazo electoral del 10-N, el cual viene a corroborar en algunos apartados lo acordado. Mejor esperemos a ver si llegan a cumplir los 100 días de hoja de ruta, y después veremos si se ha evolucionado en materia energética. Cosa lo cual, dudamos.
