El BOE publicó el pasado 6 de octubre un Real Decreto-Ley de medidas urgentes para la transición energética y la protección de los consumidores, con 178 votos a favor, 160 abstenciones y 2 votos en contra. Ahora se publican las enmiendas a este Proyecto de Ley que no verá la luz al adelantarse las elecciones.

Ahora bien, el Congreso decidió tramitarlo como un Proyecto de Ley para que los grupos parlamentarios pudieran presentar sus enmiendas mediante la comisión para la Transición Ecológica, cuyo plazo de recepción se inició el 6 de noviembre, y se acaba de publicar en el Boletín Oficial de las Cortes Generales el jueves 28 de febrero 2019. Es decir, ‘crónica de una muerte anunciada’ para uno de los sectores más importantes de cualquier país como es el energético.

El texto pretendía reducir la factura energética de los consumidores y acelerar la transición a una economía descarbonizada mediante una mayor integración de las energías renovables.

Ampliar el bono social eléctrico, crea un nuevo bono social térmico, promover el autoconsumo eléctrico eliminando el denominado ‘impuesto al sol’ e incentivar el uso del vehículo eléctrico.

Además, se pretende regular la protección de consumidores vulnerables mediante la ampliación del bono social eléctrico. El texto inicial incrementa en un 15% los límites de energía anual con derecho a descuento y flexibiliza el cómputo de estos límites entre los meses del año, para evitar que los hogares queden desprotegidos en los meses de mayor consumo, coincidentes con los de mayor frío.

Las viviendas acogidas al bono social en las que vivan menores de 16 años serán consideradas un suministro esencial y no podrán ser objeto de corte de suministro. De la misma protección ante el corte de suministro gozarán los hogares en los que uno de sus miembros se encuentre en situación de dependencia reconocida de grado II o III, o bien con una discapacidad reconocida igual o superior al 33%.

Sin embargo el próximo martes 5 de marzo se disuelven las Cortes Generales, por lo que las 206 enmiendas publicadas en el Boletín del Congreso, pasarán a depender de la decisión del nuevo Gobierno que salga de las elecciones generales del domingo 28 de abril, o quizás (también es posible) que haya sido una tremenda pérdida de tiempo y desgaste de una mini-legislatura que solo ha demostrado buenas intenciones pero no las ha sabido llevar a cabo.