El Gobierno alemán tiene previsto seguir subvencionando la energía solar fotovoltaica durante los próximos 15 años. Además serán las compañías eléctricas propietarias de las centrales nucleares las que costeen su cierre y desmantelamiento (el Gobierno ha programado el cierre total para 2022)

El Energie-wende es el proyecto político-técnico de transición energética que ha iniciado Alemania y que con toda seguridad durará varias décadas. El Gobierno alemán quiere alcanzar una cuota renovable de generación de electricidad del 35% en 2020, del 50% en 2030 y de entre el 80% y el 95% en 2050.

Con esos objetivos en el horizonte, el Ejecutivo alemán redactó en el año 2000 la Ley de Energías Renovables (Erneuerbare-Energien-Gesetz, EEG), una ley pro-transición en el marco de la cual está viendo la luz la nueva matriz eléctrica alemana.

El 55% de los 200.000 MW de potencia que tiene de electricidad alemán son renovables


La potencia instalada en Alemania hace frente a un pico de demanda de 84.200 MW y debe atender esa demanda hoy en día y probablemente también en 2030, pues todas las estimaciones indican que la punta de demanda de la Alemania de ese año será muy similar a la de hoy. Y lo será, entre otras cosas, porque añadiendo lo que sume el coche eléctrico o la electrificación de otras demandas de aquí a entonces lo restarán la tecnología y las medidas de ahorro y eficiencia.

El caso es que, sea como sea ese futurible 2030, los primeros resultados de la transición energética emprendida por Alemania a principios de este siglo ya están aquí. La generación renovable ha experimentado un crecimiento del 244% entre 2002 y 2016.

Simultáneamente, la generación de electricidad con combustibles fósiles (carbón, hidrocarburos y gas) ha caído un 3%


En Alemania la generación sucia ha caído 17 puntos. Si desglosamos, la generación con hulla ha caído cinco puntos y la de lignito, 19 puntos. A pesar de esas caídas, el carbón sigue pesando mucho en la cesta eléctrica alemana, tanto como un 45% del total. El peso que la hulla y el lignito continúan teniendo en el mix alemán podría deberse a que los costes de generación de electricidad con estos combustibles fósiles, junto con los precios de los permisos de emisión, no han sido capaces de enviar las señales de precio que se esperaba de ellos. La excepción fósil es el gas, cuyo parque de generación también ha crecido. En todo caso, el gas solo aporta hoy el 14,1% de electricidad al mix alemán.

La oferta de electricidad alemana será sin embargo muy distinta


Fundamentalmente por los incrementos previstos de potencia eólica (de 45.000 a 73.000 MW) y fotovoltaica (de 40.000 a 69.000 MW). Para animar esa dinámica de despliegue de nueva potencia verde, el Gobierno alemán trabajó primero con la Ley de Energías Renovables (Erneuerbare
EnergienGesetz, EEG) del año 2000 (que ideó un modelo de primas) y trabajó a partir de 2014 con un modelo de promoción de la instalación de potencia renovable mediante subastas para instalaciones fotovoltaicas. Según el estudio que nos ocupa, “tras el éxito de las subastas [fotovoltaicas], la reforma de la Ley de Energías Renovables que entró en vigor el 1 de enero de 2017, estableció este mecanismo de incentivos para las energías fotovoltaica, eólica y biomasa”. Son subastas específicas, para cada tecnología (fotovoltaica, o eólica, o biomasa) y su frecuencia depende de la tecnología en particular: tres cada año para la fotovoltaica y entre tres y cuatro para la eólica terrestre y la biomasa.

Sí, hay primas. Y sí, van a seguir existiendo


Los proyectos considerados de baja potencia -menos de 750 kilovatios en el caso de la eólica y la fotovoltaica, y de 150 kilovatios para la biomasa, continuarán recibiendo primas mediante feed-in-tariffs”. Otra diferencia con las subastas españolas es que el Ejecutivo alemán apuesta por favorecer la entrada de proyectos de cooperativas, evitando así la concentración oligopolista que existe en la mayoría de países europeos, entre ellos España.